Nuestro Código Ético
Asumir el Eneagrama como un instrumento de autoconocimiento y transformación personal.
Toda persona que se declare a sí misma como profesor o experto en Eneagrama, debe contar con la formación requerida (y acreditada) en el sistema del Eneagrama para poder hacerlo y debe aplicar el sistema exclusivamente en su(s) área(s) de experiencia profesional.
La Tipología no describe totalmente a un individuo.
Permitimos que los demás se descubran a sí mismos tanto como sea posible.
El Eneagrama inspira compasión por los demás; no deberá usarse como una herramienta para estereotipar a las personas.
Autoconocimiento implica una investigación constante en nuestras pautas de comportamiento y nuestras defensas y la transformación requiere el coraje de responsabilizarnos de las estructuras y hábitos de nuestra personalidad.
El Eneagrama no nos dice nada significativo sobre la historia de una persona o la cualidad de su carácter, inteligencia o talentos.
Las personas son más que un tipo del Eneagrama.
Reconocemos que ser conscientes de ello es particularmente importante en el lugar de trabajo.
El Eneagrama no puede ser controlado, monopolizado o apartado del debate público. Restringir el derecho de comunicar, desarrollar y compartir información sobre el sistema es contrario al espíritu de la IEA de ser una comunidad global de aprendizaje.
Podemos y debemos ser fuente de ayuda para otros. Es importante escuchar respetuosamente diferentes puntos de vista y comunicar honestamente explorando las posibilidades de despertar en conexión con las enseñanzas del Eneagrama.
El Eneagrama nos ayuda a darnos cuenta (despertar) de los hábitos y patrones defensivos recurrentes.
Como comunidad de aprendizaje, cada uno de nosotros sirve para recordar a los demás las diferencias entre nosotros y la necesidad de ser respetuosos con los distintos puntos de vista.