La salida es pa’dentro

“Hoy no tendré miedo de mirar dentro de mí”

– Lección 309 UCDM –

Imagínate una nube que no quiere ser nube, solo imagínatela, allá arriba tranquila, flotando en el cielo, dejándose llevar por el viento, disfrutando del paisaje y de todo lo que está acostumbrada a ver. Un día, de repente, esa nube empieza a darse cuenta de que en su interior algo está sucediendo, no sabe describir lo que es, no le gusta esa sensación, solo desea que desaparezca. Nota que se está poniendo negra, que hay ruidos y luces allá adentro. Luego, de mucho resistirse a lo que está sucediendo, se da cuenta de que se cae una parte de ella, una gota se desprende y luego otra y otra y en su desespero por no dejar de ser nube, trata de abrazarse y de no permitir que una gota más salga, se sostiene con mucha fuerza porque no se quiere dejar llover. Ella en su interior sabe que, si suelta, deja de existir y esto le causa mucho temor.

Ahora bien, ¿Te imaginas la crisis en la que entraría esta nube? ¿Te imaginas todo lo que puede sentir allá adentro?, ¿Qué va a pasar al cabo del tiempo con esta nube cuando ya esté cansada de sostenerse? Seguramente tu respuesta fue que tarde o temprano va a tener que soltarse y va a tener que dejarse llover porque esa es su naturaleza, esto es lo que lleva en su interior. Pero ahora mira lo bonito, ¿Qué pasaría si no lloviera? La respuesta lógica sería que no habría vida, pero como ella está allá arriba pensando que si se deja llover va a desaparecer, entonces mejor decide no hacerlo y trata de sostenerse más fuerte. Paradójicamente, cuando ella se deja fluir, seguramente va a sentir mucho miedo y dolor del solo hecho de pensar que se está desintegrando, pero lo que realmente está pasando es que al llover está dando vida y luego de un proceso, va a ascender nuevamente, blanca, bonita, liviana, es decir, este proceso que parece doloroso, solo la está transformando y le está mostrando su propósito.

“Rema mar adentro” Lucas 5: 4-5

¿De dónde sale todo esto?, ¿por qué te cuento esta historia? Porque por mucho tiempo me comporté como una nube, olvidé por completo quién era realmente, me desconecté de mi ser buscando afuera todo lo que la sociedad (amigos, cultura, familia, escuela etc.) me dijo que era lo que necesitaba. Inicié entonces a vivir bajo estas ideas aprendidas y me comporté como un ser humano que no quería ser humano. Busqué en todas partes, recolectando títulos universitarios, parejas, ropa de marca, viajes, fiestas, religiones etc., siempre buscando como ser alguien en la vida, sin saber que desde que llegamos ya somos alguien. Esta búsqueda solo me llevó a sentir un vacío, que hoy la gran mayoría de las personas sienten y que llegan a mi consulta con ese anhelo de encontrar respuestas, a lo que en algún momento de la vida yo también estuve buscando.

Finalmente, aparece una hermosa crisis que me invita, como a la nube, a mirar para adentro e iniciar un viaje a mi mundo interior. De este punto nace la frase “La salida es pa´dentro”, después de tratar de sostener mi PERSONAJE con mucha fuerza, “de no dejarme llover”, de estar cansado, de no saber qué hacer, de estar siguiendo un plan de vida que solo acepté y seguí con la creencia de que me haría sentir feliz. Al inicio la frase sonó a broma, pero al hacerme consciente de su poder, me di cuenta de que definitivamente afuera no hay nada, que todo lo que hoy necesitas, anhelas y deseas está dentro de ti. 

 

La mayor sabiduría que existe es conocerse uno mismo.

- Galileo Galilei -

 

Decidí entonces mirar pa´dentro, abrí esa puerta e inicié a revisar lo que encontraba para hacerlo consciente. Fue como si hubiera entrado en una habitación muy grande, llena de muchas cosas que había venido acumulando a lo largo de mi vida y que estaban allí, haciendo de mi experiencia un caos y esperando ser observadas para tomar consciencia de ellas. Imagínate cuanto tiempo me ha tomado ir limpiando este espacio.

Así que, si estás pensando en abrir esa puerta o ya iniciaste, te invito a ser paciente. Dentro de las muchas cosas que he encontrado allí, he visto diferentes creencias con respecto al amor, al dinero, a la forma de relacionarme en pareja y amigos. Al seguir indagando fui descubriendo como todas estas creencias se fueron acumulando desde mi nacimiento y como la cultura, el idioma, la familia, los amigos, la religión, la escuela etc., fueron configurando ese sistema de creencias, fueron llenando ese cuarto y con base en esto, fui creando mi PERSONAJE, mi personalidad.

La palabra personalidad viene del griego “parson” que significa resonar a través de, los griegos en el teatro tenían que utilizar máscaras para que su voz sonara más fuerte. Cada uno de nosotros crea un personaje, un avatar que nos es útil en algún momento de nuestra vida. Se lo presentamos a nuestra familia, amigos, pareja y conocidos y lo vamos adaptando de acuerdo a las circunstancias con el fin de recibir aquello que en el fondo deseamos y que en gran parte no recibimos en casa de papá y mamá o de nuestros seres queridos. A medida que nos vamos identificando con el personaje, vamos usando diferentes máscaras y al final, estas máscaras, no nos permiten ser auténticos, llevándonos a quedar atrapados en nuestra personalidad y en la mayoría de los casos sintiéndonos frustrados, insatisfechos, viviendo desde el temor. Para entenderlo mejor, les recomiendo un cuento corto que se llama el caballero de la armadura oxidada. 

“Lo esencial es invisible a los ojos”

- Antoine de Saint-Exupéry -

Una vez creado este personaje, hacemos todo lo posible por defenderlo, nos ponemos las máscaras y al hacerlo, renunciamos a nosotros mismos, ¿por qué? porque reprimimos muchos de nuestros deseos por temor a que los demás no me acepten, no me quieran y desde este temor, reprimo más lo que realmente yo soy.

La noticia es que tarde o temprano eso que realmente yo soy, va a salir. Para una mejor compresión, deseo respaldarme en un autor llamado Carl Gustav Jung, quien trabajó el tema de la sombra. Según él:

“la sombra se podría definir como el aspecto inconsciente de la personalidad, el cual está caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce como propios. El inconsciente lucha por mostrarse, pero es reprimido continuamente por el ego”. 

Retomando estas dos últimas frases, podemos comprender mejor la razón por la cual es que finalmente eso que no deseo mostrar, la sombra, va a salir cuando menos lo espero. Esto sucede muchas veces en momentos de rabia, cuando siento que me tengo que defender, cuando siento envidia, miedo, cuando entro en crisis, cuando estoy tomando licor etc. Expresiones como: yo no soy así, esto es la primera vez que me pasa, que pena, no sé qué me pasó, son expresiones que hablan de todo lo que tengo guardado allá en esa habitación y que no me había detenido a observar.

Una forma de describirlo mejor, es por medio del siguiente ejemplo: Imagina tres balones grandes, de esos de playa y que te encuentras en una piscina. Ahora imagina que sumerges esos tres balones debajo del agua. ¿Cuánto esfuerzo te tomaría? ¿Cuánto tiempo crees que puedes sostener estos balones allá abajo? ¿Cómo te sentirías después de un tiempo tratando de mantener esos balones allá? A lo mejor cansado, agotado, sin deseo de volver a sumergirlos. ¿Conoces personas así? ¿Vamos comprendiendo entonces que es esto de la sombra?

“El misterio final es uno mismo”

- Oscar Wilde -

Si nos damos cuenta, esto solo se puede reconocer cuando miramos pa´adentro y por lo general lo hacemos cuando nos llegan las benditas crisis. Sin embargo, no hay que esperar a que lleguen porque podemos hacer la tarea e ir hacia adentro para observar, abrazar ese otro lado que es también mío y que por años me negué a reconocerlo. 

Regresemos ahora a la nube ¿Cómo vive tratando de sostenerse llena de agua? Seguramente cansada, pesada, angustiada, estresada, sin esperanza, no logra estar en paz. Al igual que la nube, hoy hay muchas personas viviendo situaciones similares, defendiendo su personaje y negándose a aceptar que lo que les está sucediendo, está siendo creado por todo lo que hay en su propia habitación, aquella, a la que no se han tomado la tarea de entrar e iniciar el camino de limpiar, de alumbrar lo inconsciente, de ver esa sombra.

 Hay que morir para vivir

Al igual que la nube, hay que dejarse llover, es decir, morir a esas versiones de nuestra personalidad, a esos egos que no son tan funcionales y resucitar como un ser nuevo. Al no hacer la tarea pierdes la posibilidad de dar vida, de entregar a la humanidad lo que tienes en tus manos, lo que viniste a dar porque todos los seres humanos venimos con algo para entregarle a esta humanidad por más insignificante que parezca.

En mi caso, muchas veces reflexioné sobre lo que les estoy compartiendo aquí y pensé que no era algo relevante. Creía que era el único que sufría, pero con el tiempo me di cuenta de que la mayoría de los seres humanos experimentamos sufrimiento. ¿Cuál es la razón de nuestro sufrimiento? Estamos poniendo todo afuera de nosotros, culpamos a los otros de lo que nos sucede, de nuestra felicidad, de lo que tenemos o no tenemos. En conclusión, sufrimos porque estamos ocupados buscando afuera lo que, en el fondo sabemos que solo podemos encontrar dentro de nosotros. 

“No busques fuera de ti mismo. Pues será en vano y llorarás cada vez que un ídolo se desmorone. (Al decir ídolo ser refiere a la interpretación de esa parte de la mente). El Cielo no se puede encontrar donde no está, ni es posible hallar paz en ningún otro lugar excepto en él. (…) No busques fuera de ti mismo. Pues todo tu dolor procede simplemente de buscar en vano lo que deseas, y de insistir que sabes dónde encontrarlo. ¿Y qué pasaría si no estuviese allí? ¿Preferirías tener razón a ser feliz? Alégrate de que se te diga dónde reside la felicidad, y no la sigas buscando por más tiempo en ningún otro lugar, pues buscarás en vano. Mas se te ha concedido conocer la verdad, y saber que no la debes buscar fuera de ti mismo.”

- Un Curso de Milagros -

Siguiente
Siguiente

El valor de Cono-Ser nos