El Eneagrama y las relaciones

El Eneagrama, una excelente puerta de entrada para la construcción de relaciones más satisfactorias

¿Has tomado consciencia de la importancia que tienen las buenas relaciones en nuestras vidas para sentirnos más felices?

¿Te has dado cuenta de cuán complejo nos resulta sostener relaciones satisfactorias?

Por qué relacionar felicidad y relaciones

Las relaciones humanas son fundamentales para nuestra felicidad y bienestar.

El estudio más largo y conocido acerca de la felicidad, es el realizado por la Universidad de Harvard, que comenzó en 1938, y que, a la fecha, sigue en vigencia. Este estudio ha arrojado como resultado que el mayor predictor de nuestra felicidad y salud, a medida que envejecemos, es la calidad de nuestras relaciones (Estudio felicidad Harvard: https://www.bbc.com/mundo/noticias-64571655)

Todos anhelamos conexiones significativas y saludables con los demás, sin embargo, lo habitual y esperable es que para alcanzar este tipo de relaciones, nos enfrentemos a desafíos y conflictos en nuestras interacciones interpersonales.

Generalmente, tendemos a pensar que las relaciones debieran “darse” o “fluir” de manera espontánea, y no hemos tomado consciencia de la relevancia y el impacto que puede tener en nuestras vidas, el decidir hacernos cargo de tener relaciones más armónicas y satisfactorias. 

Eneagrama, relaciones y comportamientos polares

El Eneagrama de la personalidad, es un modelo que describe los distintos tipos “base” de personalidad, y nos muestra un camino de desarrollo humano. Es una herramienta valiosa para comprendernos a nosotros mismos y a los demás de una manera más profunda. En este ensayo, exploraremos cómo el Eneagrama puede contribuir a mejorar nuestras relaciones, fomentando la empatía, la comprensión y la comunicación efectiva.

Para asegurarnos de que estemos hablando el mismo idioma, llamaremos ego o personalidad, a nuestra manera particular de estar en este mundo: lo que sentimos, pensamos y hacemos de manera inconsciente y repetitiva a través del tiempo. En esta forma particular de estar en la vida, opera en nuestra base, una manera específica de percibir el mundo desde lo emocional, una serie de creencias a nivel mental (que para cada personalidad operan como si fueran “verdades absolutas”) y determinadas maneras de comportarse y reaccionar frente a situaciones específicas.

Cuando nos relacionamos con los demás, lo que buscamos es pertenecer, sentirnos valiosos, ser aceptados y ser amados (por nombrar algunas de las necesidades “mamíferas” que tenemos los seres humanos); sin darnos cuenta de que “nuestra manera de hacer las cosas” muchas veces termina generando respuestas no deseadas, e incluso contrarias a las que esperábamos, por parte de las personas con las que interactuamos.

Cuando nos relacionamos con otros sin saber cómo opera nuestro ego ni el de los demás, nos relacionamos desde expectativas, exigencias y valores que, más que contribuir a sentirnos satisfechos y felices, muchas veces repercuten en choques, contradicciones, confrontaciones y conflictos, que terminan afectando la posibilidad de una relación mutuamente satisfactoria. 

Cada estructura de personalidad cree que es quien tiene la razón, que está “bien”, en “lo correcto”, que es “obvio que así son las cosas”, y resulta que el otro, desde su experiencia, desde su personalidad, cree exactamente lo mismo: ”yo tengo la razón, tú estás equivocado”. Son dos polos de una misma línea, y cada cual defiende el suyo.

Así, que el primer paso para mejorar nuestras relaciones es desarrollar un mayor nivel de autoconocimiento. El Eneagrama nos proporciona un mapa detallado de nueve eneatipos (tipos de personalidad), cada uno con sus propias características, motivaciones y patrones de comportamiento. Al identificar nuestro eneatipo dominante, podemos obtener una comprensión profunda de nuestras fortalezas, debilidades y reacciones automáticas. Esto nos permite ser conscientes de nuestras propias motivaciones y evitar respuestas impulsivas o perjudiciales en nuestras relaciones. Además, el Eneagrama también nos muestra las áreas de crecimiento y desarrollo personal específicas para cada eneatipo, lo que nos brinda una guía clara para trabajar en nosotros mismos.

Eneagrama y empatía (una cualidad que contribuye a la generación de relaciones satisfactorias)

Entra aquí, a “jugar a la cancha” el concepto de empatía: tratar de ponerse en los zapatos del otro y entenderlo. El problema es que muchas veces creemos que nos estamos poniendo en los zapatos del otro, pero en realidad, lo que estamos haciendo, es intentar ponernos en la situación del otro, pero lo hacemos desde nuestros zapatos… entonces no logramos efectivamente empatizar.

Una vez que hemos desarrollado el autoconocimiento de nuestras características a través del Eneagrama, podemos aplicar esa comprensión a nuestras relaciones con los demás. El Eneagrama nos enseña que cada eneatipo tiene su propio conjunto de necesidades, miedos y deseos. Al reconocer los diferentes eneatipos presentes en nuestro entorno, podemos comprender mejor las motivaciones y los patrones de comportamiento de los demás. Esta comprensión nos permite ser más empáticos y comprensivos, evitando juicios precipitados y conflictos innecesarios. Al comprender que las acciones y reacciones de los demás, son impulsadas por sus propias necesidades y miedos, podemos adoptar una postura más compasiva y tolerante en nuestras interacciones.

En una intervención en el año 2022, tuve la oportunidad de atender a una mujer que llevaba casada varios años, a quien llamaremos Ana. En las primeras sesiones, conectamos con el dolor que le generaba en su relación de pareja las discusiones con su marido, y cómo ella sentía que no era capaz de vincularse ni lograr resolver estos altercados a través de la conversación y el razonamiento, sino que, cuando ella se acercaba para resolver la situación, sentía que él se alejaba y se alteraba aún más. Cómo consecuencia, ella se sentía muy frustrada, triste y enojada. Al profundizar en esta situación, descubrimos que el estilo de personalidad de su marido corresponde a una tipología 8, que se caracteriza por reacciones muy viscerales, él no puede conversar estando enojado, porque todo su cerebro queda “tomado” por el modo instinto-defensa y no hay posibilidad de que pueda razonar. Así, nos dimos cuenta de que lo que él necesita cuando está enojado, es que Ana lo deje solo, logrando un espacio para “enfriar” esta reacción antes de poder entrar en una conversación racional.

Así, cuando el marido de Ana se enoja, ella se retira, le da su espacio, y le señala que ella estará disponible para cuando él esté en condiciones de conversar. Esto le da su espacio para “enfriarse” y Ana se queda con una sensación de mucho menos frustración, rabia y pena, porque entiende que él no puede controlarlo, y, al no insistir en “su solución” de conversar inmediatamente, Ana no genera en él el efecto “rabia creciendo como bola de nieve”.

Para Ana el haber puesto en práctica esta nueva forma de operar, a raíz del conocimiento del Enegrama, le ha permitido implementar una manera más pacífica, eficiente y satisfactoria al momento de solucionar sus conflictos de pareja.

En conclusión, el Eneagrama nos brinda por un lado la posibilidad de entender realmente cuáles son “nuestros zapatos”, y por otro, nos da la posibilidad de entender cuáles son los “zapatos del otro”, para efectivamente poder hacer el intento real de ponernos en “sus” zapatos y practicar una empatía de un nivel infinitamente superior.

Eneagrama y comunicación efectiva

La comunicación efectiva es esencial para construir y mantener relaciones saludables. El Eneagrama nos ofrece un marco útil para mejorar nuestra comunicación al considerar las diferentes formas en que cada eneatipo se relaciona con el mundo y procesa la información. Cada eneatipo tiene un estilo de comunicación preferido, así como también tendencias a evitar ciertos temas o a enfocarse en diferentes aspectos de una conversación. Al conocer estos patrones de comunicación, podemos adaptar nuestro lenguaje y enfoque, para que sea más receptivo y comprensible para los demás. Esto facilita la resolución de conflictos, reduce la posibilidad de malentendidos y promueve una comunicación más armoniosa y satisfactoria.

Simplemente “conocer” el Eneagrama no sirve de mucho, lo que realmente sirve, es llevar la información al terreno de lo cotidiano, del día a día y verificar los resultados “en la práctica” en primera persona.

Cabe destacar que el mero hecho de conocer el Eneagrama, por sí solo, no hará la gran diferencia. Es necesario estar dispuestos a hacer un trabajo interior que apunte a la intención de generar y mantener relaciones armónicas mediante un trabajo voluntario, sostenido y dirigido sobre nosotros mismos, y que nos ayude a flexibilizar nuestra mirada para ver al otro como un legítimo otro, tan legitimo como yo.

Es necesario partir por uno mismo: auto observación, aceptación y auto desarrollo, para después comenzar con el trabajo de conocer al otro y aceptarlo con compasión (entendida ésta, como la capacidad de comprender con amor el proceso del otro). Y para esto, es conveniente agregar a la ecuación un nuevo componente: el componente espiritual. Tener la intención de “ser” cada vez una mejor versión de mí mismo, y tener la capacidad de valorar la relación por sobre “tener la razón”.

Requiere estar dispuestos, primero, a reconocer nuestras “falencias” (u oportunidades de mejora para nuestro desarrollo espiritual) y hacer algo para superarlas, y al mismo tiempo, ser capaces de detectar qué y cómo es, lo que el otro me puede entregar, y aceptarlo desde ahí. Como decimos en Chile: “no pedirle peras al olmo” (pedirle peras al peral y manzanas al manzano).

Hace varios años experimenté esto en mi propia vida, en la relación con mi padre. En mi etapa de adulta, se daba una situación bastante recurrente: cuando yo veía que mi papá estaba haciendo algo de una manera que, desde mi punto de vista, el de mi hermano y el de mi marido, estaba yendo por “el camino equivocado”, nos juntábamos con él, le mostrábamos nuestro punto de vista, y le “sugeríamos” que lo hiciera de la manera que a nosotros nos parecía “mejor”. Mi papá nos decía que sí, pero luego no hacía nada, seguía tal cual. Esto me generaba una tremenda frustración, porque sentía que había perdido mi tiempo y mi energía en vano y mi papá seguía “igual de mal”, porque es “terco como una mula”.

Cuando descubrí que el estilo de personalidad de mi papá es una tipología 9, me di cuenta de que lo peor que podía hacer, era decirle a mi papá “lo que tiene que hacer”. A la tipología 9 le molesta profundamente que le digan lo que tiene que hacer y cómo hacerlo. Te dice que sí, para evitar el conflicto, pero luego sigue haciendo más de lo mismo, que es a lo que está acostumbrado.

Ahora, cuando tengo una sugerencia para mi padre, le cuento una historia de una situación similar que le pasó a “alguien más” (real o inventada), para que él saque la conclusión y él proponga una posible solución. Me resulta mucho más efectivo y eficiente comunicarme con él de esta manera. Que él crea que a él se le ocurrió la idea, o lanzar mi sugerencia desde un “si yo estuviera en tu lugar, quizá haría esto de esta manera”, da un mejor pie para que él implemente un cambio para su beneficio.

Y también aprendí a soltar: yo puedo tener una idea y sugerirla. Si él la toma, bien, y si no, es asunto suyo. Estoy disponible para darle lo mejor de mí, sin expectativas y sin frustraciones. Lo acepto, así como es: bastante testarudo y con una tendencia a mantener la inercia de su status quo.

Conclusión

El Eneagrama es una herramienta maravillosa, completa y accesible para entender cómo operamos los seres humanos desde cada estructura de personalidad.

Como herramienta para las relaciones, nos da la posibilidad de comprendernos, crecer, adaptarnos y relacionarnos mejor, tanto con nosotros mismos como con los demás. Nos proporciona una extraordinaria base para comenzar una nueva y mejor manera de relacionarnos, además de mostrarnos un camino de desarrollo y crecimiento personal.

Si estás lista/listo para dar un paso en la dirección de construir relaciones altamente satisfactorias, te invito a conocer y trabajar con el Eneagrama, con el propósito de que, a partir de este punto, puedas trazar y construir tu propio camino al andar.

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